Huracán comenzó la
segunda ronda con una derrota ante UGAB por 2 a 1 y así quedo relegado a la
última posición en la Zona B de la Segunda División. El desfavorable marcador se
debió nuevamente a la imposibilidad que tiene “el Globo” para abrir defensas
cerradas y la extrema sequía desde el punto de sexta falta. Sin embargo el
desarrollo del juego y la búsqueda de nuevas variantes hacen crecer una luz de
esperanza entre el pueblo quemero que confía en el nuevo proceso encabezado por
Gonzalo García.
El Globo comenzó adelantándose
en el marcador a los 4:00 minutos mediante un tiro libre excelentemente
ejecutado por Juan Villanueva, que desde tres metros afuera del área fulminó al
arquero visitante con un fortísimo zurdazo cruzado que ingresó justo en el
ángulo del palo derecho del 1 de UGAB. De esta manera el panorama se presentaba
más que alentador para el conjunto local, aun más cuando la figura de Nicolás
Caballero empezó a acrecentarse con el correr de los minutos a fuerza de
gambetas, desbordes y estupendos enganches que provocaron que la visita acumule varias faltas
para intentar frenarlo.
Pero la alegría le
duró poco a los de Parque Patricios ya que tres minutos después del gol de
Villanueva llegó el empate que devolvió la paridad al marcador. Con el marcador
nuevamente igualado Huracán siguió intentando quebrar una dura defensa de UGAB
que se cerró bien atrás pero que no pudo impedir que los quemeros creen
situaciones, ni clarísimas, ni demasiadas, para ponerse nuevamente en ventaja.
A dos minutos de
que finalice la primera mitad un corner a favor de los dirigidos por García
culminó en un contragolpe óptimamente aprovechado por el club armenio que así
selló el resultado con el que terminó el encuentro, 2 a 1.
El segundo tiempo
sirvió para redondear algunas conclusiones considerando las actuaciones que
Huracán lleva realizadas durante todo el torneo.
Desde que García
asumió como director técnico en la fecha 13 Huracán cosecho tres empates y dos
derrotas, pero produjo un gran cambio en su manera de jugar y en la actitud con
la que la mayoría de sus jugadores afrontaron las desventajas parciales en cada
partido. Otro parámetro favorable es que el promedio de goles en contra por
partido descendió de 6,33 a 4,2.
Los tres partidos
que Huracán empató en este nuevo ciclo se encontró arriba en el marcador
durante gran parte del encuentro, pero en los tres encuentros sufrió la
igualdad en el último minuto luego de haber desperdiciado gran cantidad de
situaciones para liquidarlos, incluyendo en todos los casos remates de sexta
falta. Así la sequía desde ese tipo de remates y la incapacidad para cerrar los
partidos en los últimos instantes se consolidaron como uno de los mayores
problemas del Globo a lo largo de todo el campeonato.
En cuanto a la
derrota ante Jorge Newbery fue un partido con una superioridad inobjetable por
parte de los de Villa Ballester. El encuentro lamentablemente culminó con
varios jugadores quemeros expulsados, un problema que no encuentra solución dentro
varias categorías del club.
Pero el verdadero
quiebre que se produjo desde la asunción de García, lo que hace alentador este
gris panorama, es que el equipo empezó a elaborar una idea en base a sus
capacidades y reconociendo sus serias limitaciones. Desde que comenzó el torneo
se creyó que por ser Huracán y por contar con un gran plantel el ascenso iba a
conseguirse de punta a punta, ya sea por
desempeño grupal o por alguna aparición individual de sus grandes baluartes
futsalísticos. Lo cierto es que no se logró armar un equipo con un
funcionamiento sólido y regular, con variantes ante diversos rivales, con
sistemas y planteos que resistan los cambios de nombres sin decaer su nivel y
menos consolidarse defensivamente, dejando muchas veces indefenso a su arquero
González que terminaba por adelantarse en la búsqueda del descuento sin lograr
torcer el resultado final en su favor.
Con el correr de
los partidos pudo observarse que las primeras derrotas no fueron casualidad y
que los puntos sumados eran producto de aisladas y excelentes apariciones
milagrosas que lograban definir partidos, como la de Civale ante Dock Sud, la
de Maradei ante Los Muchachos o la de Yedro ante Cultural. Es cierto que se
pudo haber tenido mejor suerte y sumado más puntos en partidos que finalizaron
igualados o con desventajas de un gol, pero se repitieron errores imperdonables
en varias oportunidades, como el malograr 17 de 19 remates de sexta falta sólo
entre las primeras 12 fechas, tendencia que no pudo revertirse en el último
pasaje del torneo, y la poca efectividad para defender los contragolpes
rivales.
La cara del equipo
cambió en los últimos partidos, sin esto significar que el responsable era el
anterior director técnico Juan Meles, sino que un replanteo sirvió a los
jugadores para que Huracán empiece a mostrar otras facetas. Esperemos que el
Globo más ordenado, sin tanto riesgo descontrolado por buscar el gol, y con más
paciencia para mover la pelota y encontrar espacios pueda reunir a un Caballero
que está recobrando su mejor nivel, con las excelentes actuaciones que tuvieron
Yedro, Chirico y ambos Castros y González, comandados por la constante marca y
entrega de su jugador con mejor y más regular rendimiento Matías López, y la
magia y experiencia de un Marcelo Maradei que maneja los hilos ofensivos de un
Huracán que lo necesita y mucho…
La sensación que
dejó el equipo luego de su último partido, y tras el cual paradójicamente quedó
último en la tabla de posiciones, es que ya se tocó fondo y rápidamente se empezó
un proceso para salir que con el correr de las fechas promete dar buenos
frutos. Ya el salir campeón es imposible, el clasificar a los play-offs es una
utopía, durante lo que resta del torneo el plantel deberá formar un equipo para
soñar con el ascenso a Primera División, a la que el Globo tendrá que volver
por el camino más espinado sin pincharse…
Nota Redactada por Marcos Buero
Nota Redactada por Marcos Buero
estaria muy bueno q publiquen toda la info de ooctava a cuarta
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