El equipo dirigido por Gonzalo García salió a la cancha con Facundo Dallera en el arco (12), el último hombre Leandro Domínguez (10), los alas Román Martinangeli (3), y Hernán Tacón (11), y el pivote Marcelo Lauria (14). El banco de suplentes lo ocuparon Emanuel Osorio (2), Darío González (5), Norberto Molinas (7), Renzo Mancini (6), Ezequiel López (13) y Marcos Buero (17), todos ingresaron al menos una vez en el partido.
Huracán arrancó el partido dormidísimo, tanto es así que ya a los 17 segundos se encontró en desventaja por 1 a 0. El gol dejó en evidencia la desconcentración de los jugadores quemeros cuando el goleador rival definió sin marca sobre el costado izquierdo del borde del área, tras un centro aéreo cruzado, que partió apenas pasando la mitad de cancha desde el lateral opuesto.
Durante los primero minutos el Globo estuvo muy impreciso con el balón tanto en la salida como en la creación, aunque con un gol de Román Martinangeli demoró tan sólo dos minutos en igualarle el marcador a Los Andes en 1 a 1. Pero nuevamente un pelotazo cruzado fue fatal para los de Parque Patricios, que a los tres minutos y sin todavía entrar en sintonía de juego caían por 2 a 1.
La visita solamente atacó a Huracán mediante altos y largos pases a las espaldas de los alas que, hasta el minuto técnico pedido por García a los cuatro minutos del primer tiempo, no coordinaron con el último hombre quien se hacía cargo de la marca del receptor. Una vez resueltos los problemas en el fondo quemero, gran injerencia en la cuestión tuvo el ingreso de un firme y seguro Osorio, Los Andes se quedó sin argumentos ofensivos y la falta de velocidad, aceleración y agilidad de sus jugadores fue explotada al máximo por Martinangeli que hizo lo que quizo.
De a poco Huracán empezó a tener y a mover la pelota, y a depender de Martinangeli, el único con la movilidad necesaria para quebrar la endeble línea de los defensores del Mil Rayitas. Y así fue que a los seis minutos, una subida por la banda derecha del 3 quemero terminó en un pase al segundo palo a Lauria que llegó para anotar el 2 a 2.
Con el empate el partido se volvió más claro para los locales, pero no tanto por virtud propia sino que por carencias de los rivales que ya no atacaban como antes ni se defendían de buena manera.
En el fondo quemero la figura de Osorio aportó tranquilidad. Y fue el mismo número 2 que al traspasar la mitad de la cancha, se sacó a su marca de encima con un pase de pie a pie y luego, con su botín derecho, colocó la pelota abajo junto al palo izquierdo de un tapado arquero, que no pudo evitar el 3 a 2 a falta de nueve minutos para que termine la primera mitad.
Cuando parecía que los primeros 15 minutos terminarían con el chato 3 a 2 en favor de huracán, Martinangeli rompió el molde del partido con un golazo digno de primera división. El 3 recibió la pelota en la mitad de la cancha sobre el costado derecho y eludió con gran destreza y naturalidad la primera marca con una repentina diagonal hacia el medio, cuando el último hombre del Mil Rayitas intentó anteponerse a su marcha, un nuevo enganche del juvenil de Huracán lo puso mano a mano frente al saliente arquero de Los Andes, que ya tirado en el suelo vio, desde una privilegiada ubicación, como el crack quemero se la levanto de zurda cruzándosela suave junto a su palo izquierdo. Anotando así a los 13:00 el 4 a 2 con el que ambos equipos se irían al descanso.
Los dirigidos por García encararon el segundo tiempo con otra mentalidad. Dispuestos a liquidar el partido y cerrarlo sin sobre saltos, los quemeros dominaron la pelota, al rival y las oportunidades de gol, sufriendo apenas ante las aisladas llegadas claras de contragolpe con la que contó Los Andes.
Darío González volvió a jugar para la tercera división luego de disputar varias fechas con la primera, y a pesar de no poder marcar en la primera mitad mostró que su juego sigue intacto sobre todo cuando de moverse sin pelota se habla. Sin embargo tuvo revancha a los cuatro minutos de la segunda mitad, cuando aprovechó una gran jugada individual de Martinangeli, quién le cedió la pelota al segundo palo, para que estire la ventaja a 5 a 2.
Huracán continuó dominando desde la seguridad de Dallera, pasando por la firmeza de Osorio, siguiendo por la proyección de Tacón, Martinangeli y Domínguez, hasta llegar a la definición de Lauria y González. Y luego de hacer goles por maniobras individuales, pases al segundo palo y tiros de larga distancia, llegó el gol de un contragolpe que Dallera armó con un excelente pase.
Tras tapar un mano a mano el 1 quemero sacó rápidamente para asistir a González que picó sólo en busca de la pelota y ante el achique del arquero rival se la picó excelentemente desde tres cuartos de cancha. A falta de nueve minutos para la chicharra final Huracán se puso 6 a 2, cerrándole todas las posibilidades de empatar a un resignado Los Andes.
El toque del Globo continuó con el correr del reloj, transmitiendo así calma y tranquilidad al rostro de su técnico, que empezó a mechar cambios a falta de 5 minutos. El ingreso de Ezequiel López rindió rápidamente en el marcador, ya que a los pocos segundos de entrar marcó el 7 a 2 definitivo. Luego ingresaron Norberto Molinas y Marcos Buero para sumar minutos en cancha y el debutante en tercera división Renzo Mancini que aprovechó sus primero minutos en la categoría para demostrar su buen pie y movilidad.
De esta manera el Globo sumó su tercera victoria consecutiva y continua acomodándose de a poco en un torneo que todavía lo tiene muy rezagado, pero con grandes expectativas.
Nota Redactada Por Marcos Buero (Tercera División) Muchas Gracias
Merlo y Huracán empataron un partido muy entrecortado, con bastante fricción y poco juego, aunque en un vibrante último minuto ambos contaron con posibilidades de gol para quedarse con los tres puntos.
Luego del pitazo inicial ambos equipos parecían cautelosos a la hora de ir a buscar y ninguno presionaba demasiado a su rival, ni siquiera los de Parque Patricios ante la dubitativa salida rival. La emociones brillaron por su ausencia hasta los 3:30 cuando Gutiérrez abrió el marcador mediante un tiro libre en tres cuartos de cancha, que cambió por gol utilizando toda la potencia de su zurda y ubicando el balón en el ángulo superior del palo de la barrera. 
